Ningún hombre nacido de mujer, valiente o cobarde, puede escaparse a su destino.
HOMERO
Naciste para algo.
En tu corta o larga estadía en la tierra, concentra tus esfuerzos en alguna actividad que trascienda lo cotidiano.
Las actitudes vienen contigo y eres libre de cultivarlas o no. Según el esfuerzo que hagas para desarrollarlas, habrás de cosechar más o menos frutos.
Si bien es cierto que el aspecto económico tiene un importante papel en el desarrollo de las actividades, no es menos cierto que en la más humilde ocupación podemos encontrar personajes que recordamos siempre por el trato que le dispensaron a los demás, o por la destreza conque desarrollaron su oficio.
Si Dios nos ha dado la oportunidad de estudiar, de leer, de investigar, ¿por qué no aspirar a ser los mejores en el campo en que incursionamos?
Posiblemente recordamos a nuestros parientes fallecidos por el comportamiento observado a nivel familiar. Pero ¿qué opinas de aquellos que vivieron hace siglos y aún se habla de ellos, porque se aferraron con mística a un ideal e hicieron algo trascendente?
En la época en que comenzaron los viajes entre continentes y el posterior descubrimiento de América hubo cientos, miles de hombres que vivieron en similares condiciones pues fueron seres “anónimos” sin ninguna trascendencia. Sin embargo, estoy seguro que todos hemos oído hablar de Colón, Hernán Cortés o Diego Velásquez, para mencionar algunos nombres.
¿Por qué conocemos la vida de Jesús o la obra de personajes como Leonardo de Vinci, Beethoven, Rubén Darío, Pasteur o Churchill? Por sus aportes al cristianismo, a la pintura, a la música, a la ciencia, a la política. Incursionaron en labores para las cuales tenían vocación, sobresalieron en las mismas, están en la historia y se les reconocen los aportes hechos a la humanidad.
Tú puedes ser un personaje del futuro: sólo basta que te dediques con fe y entusiasmo a lo que más te gusta y trates de escalar posiciones cimeras en la actividad que desarrollas. Cuando persigues un objetivo y perseveras, los resultados se ven tarde o temprano.
Borges, gran escritor argentino, expresó en una ocasión: “No soporto la negligencia ni tampoco a las personas que comenten el auto-suicidio más grande del mundo, que es no ser algo o alguien”.
Descubre, pues, tu misión, aférrate a un ideal y piensa que tienes todas las herramientas para alcanzar el éxito y trascender.
Los que vienen detrás lo reconocerán.
Alberto Vásquez Díaz
HOMERO
Naciste para algo.
En tu corta o larga estadía en la tierra, concentra tus esfuerzos en alguna actividad que trascienda lo cotidiano.
Las actitudes vienen contigo y eres libre de cultivarlas o no. Según el esfuerzo que hagas para desarrollarlas, habrás de cosechar más o menos frutos.
Si bien es cierto que el aspecto económico tiene un importante papel en el desarrollo de las actividades, no es menos cierto que en la más humilde ocupación podemos encontrar personajes que recordamos siempre por el trato que le dispensaron a los demás, o por la destreza conque desarrollaron su oficio.
Si Dios nos ha dado la oportunidad de estudiar, de leer, de investigar, ¿por qué no aspirar a ser los mejores en el campo en que incursionamos?
Posiblemente recordamos a nuestros parientes fallecidos por el comportamiento observado a nivel familiar. Pero ¿qué opinas de aquellos que vivieron hace siglos y aún se habla de ellos, porque se aferraron con mística a un ideal e hicieron algo trascendente?
En la época en que comenzaron los viajes entre continentes y el posterior descubrimiento de América hubo cientos, miles de hombres que vivieron en similares condiciones pues fueron seres “anónimos” sin ninguna trascendencia. Sin embargo, estoy seguro que todos hemos oído hablar de Colón, Hernán Cortés o Diego Velásquez, para mencionar algunos nombres.
¿Por qué conocemos la vida de Jesús o la obra de personajes como Leonardo de Vinci, Beethoven, Rubén Darío, Pasteur o Churchill? Por sus aportes al cristianismo, a la pintura, a la música, a la ciencia, a la política. Incursionaron en labores para las cuales tenían vocación, sobresalieron en las mismas, están en la historia y se les reconocen los aportes hechos a la humanidad.
Tú puedes ser un personaje del futuro: sólo basta que te dediques con fe y entusiasmo a lo que más te gusta y trates de escalar posiciones cimeras en la actividad que desarrollas. Cuando persigues un objetivo y perseveras, los resultados se ven tarde o temprano.
Borges, gran escritor argentino, expresó en una ocasión: “No soporto la negligencia ni tampoco a las personas que comenten el auto-suicidio más grande del mundo, que es no ser algo o alguien”.
Descubre, pues, tu misión, aférrate a un ideal y piensa que tienes todas las herramientas para alcanzar el éxito y trascender.
Los que vienen detrás lo reconocerán.
Alberto Vásquez Díaz
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